La Cultura de la Vida

Friday, November 24, 2006

Un recuerdo inolvidable
A la edad de 3 años vivía con mi familia. Estaba mi papá, mi mamá y dos hermanos en el barrio de Villa del Parque en Capital. Tuve una infancia muy feliz en la cual jugaba con mis amigas a los juegos tradicionales: a la mamá, a la venta de productos de almacén, al doctor, etc.
En la escuela jugábamos a la mancha, a la ronda ,a la rayuela, a la escondida y al elástico. También intercambiábamos figuritas o jugábamos a la tapadita. Con mis hermanos jugaba a la pelota en el potrero que había en la esquina de mi casa. Otros juegos que recuerdo es el patrón de la vereda y la mancha.
Lo que nos gustaba hacer mucho era ir a hacer el reparto de leche con el almacenero, que era nuestro vecino y amigo. Con él salíamos todos las mañanas. Después de ayudarlo, él nos daba galletitas o caramelos.
Vivíamos muy contentos. A la edad de 9 años en nos mudamos al barrio de Floresta. A partir de ahí comenzamos a hacer nuevos amigos con los cuales compartí toda mi adolescencia. Me costo al principio adaptarme, pero me ayudo mucho la relación que teníamos con mis hermanos con quienes éramos muy unidos.
A los 11 años empecé una de las etapas mas lindas de mi vida porque el grupo de amigos que tenía era muy grande y maravilloso. Vivíamos todos en la misma cuadra y salíamos los Domingos todos juntos con mi papá y nos tomábamos el tranvía (que al poco tiempo lo cambiaron por el trolebus) para ir a la plaza Irlanda y jugábamos a la pelota ,a la mancha y la escondida y luego nos compraba un helado de palito Laponia o el clásico chupetín Pirulín que era riquísimo. Recién ahora que tengo 53 años los volví a ver de vuelta a la venta.
Un hecho que recuerdo mucho y que me gustaba era cuando todas las tardes pasaba el carrito del vendedor de helado de Bonafide y le compraba el bombón helado relleno de frutilla que siempre me lo guardaba especialmente para mi ya que a mis hermanos le gustaba el de chocolate. Realmente estar contando estas cosas me llenan de emoción y recuerdos hermosos. Cuando iba a la escuela me enojaba mucho con la maestra porque nos hacia realizar una carilla entera de tareas con las palabras que habíamos escrito mal y cuando nos portábamos mal en clase nos hacia escribir 100 veces NO DEBO PORTARME MAL EN CLASE. Realmente era un garrón pero, hoy en día, agradezco esas actitudes pues me sirvieron muchísimo.
Mi infancia fue muy linda. Había mucho respeto en el trato con mis padres, sobre todo con mi papá y lo que más me acuerdo era cuando nos preparábamos para comer: bastaba la simple mirada de mi papá para saber que yo tenía que ayudar a mi mamá a poner la mesa de lo cual siempre me quejaba porque mis hermanos, que eran más grandes, se reían ya que mi papa decía que esa era una tarea de las mujeres. En esas situciones, siempre terminaba diciendo: ¿Porque habré nacido mujer?
Igualmente mis recuerdos fueron muy lindos sobre todo cuando tuve 12 años, donde empecé a vivir la etapa de los famosos asaltos que eran las reuniones en las casas de mis amigos donde las chicas llevaban comida y los varones, la gaseosa. Nos poníamos a bailar y a jugar al juego de Verdad o consecuencia y al juego de la botella, en el cual había un beso al chico que apuntaba la botellita, ni hablar del otro anterior donde nos poníamos a contestar las preguntas y decir la verdad o de lo contrario teníamos que hacer una prenda en la cual nos poníamos colorados.
Si tengo que hacer una comparación con respecto a lo que me hubiese gustado vivir en mi infancia sobre la actualidad creo que lo único que faltaría es la tecnología de las computadoras que es muy interesante y lo que más me gustaría que vivan los niños de la actualidad, es una mejor enseñanza en la escuela primaria ya que tiene muchas falencias y que hubiese mas respeto en el trato con los mayores y lo mas importante que conserven esa inocencia que los haga disfrutar de sus actos.

Cristina Cors

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